Plastia inguinal con tensión















Dr. Juan Hernández Orduña
    
 



    
 





Herniorrafias
La técnica de Bassini, descrita en 1887, fue el primer procedimiento moderno para el tratamiento de la hernia inguinal y el más utilizado en Europa durante un siglo. Sin embargo, en los años 1970-1980 la técnica de Shouldice, desarrollada en el Hospital Shouldice de Toronto, se convirtió en la de referencia.
Técnicas con tensión en ausencia de material ideal protésico: shouldice (GPC, 2012)

 

Bassini, el padre de la hernio plastia moderna

Primero, en 1884, Bassini llevó a cabo su hernio plastia con transposición antero lateral del cordón. En 1932 su colega Catterina publicó un atlas donde se detallaba la "operación de Bassini".
La intervención original de Bassini proporcionaba buenos resultados a los cirujanos que la practicaban según la descripción original.
Concibió la idea de una curación radical (esto es, una operación que reparase el defecto sin  la necesidad de trusa o braguero en el posoperatorio). Comenzó a abrir el conducto inguinal incidiendo la aponeurosis del oblicuo externo. Resecaba el saco y cerraba el peritoneo viendo el anillo interno en forma directa. Bassini concibió una reparación completamente nueva: la construcción de un piso nuevo, brindando un canal con dos aperturas, interna y externa, y una pared anterior y otra posterior. Se destacó la importancia que tenía la dirección oblicua en el mecanismo de competencia, como se observa en la entrada del colédoco dentro del duodeno o el uréter dentro de la vejiga.
Primero, en 1884, Bassini llevó a cabo su hernio plastia con transposición antero lateral del cordón. Presentó sus resultados en un trabajo ante la Societa   Italiana di Chirurgia, en Génova, en 1887 (42 hernioplastias en 38 pacientes) y, en el mismo año, en la Asociazione Medica Italiana, en Pavia (72 operaéiones en 63 hombres y 1 mujer). Al año siguiente publicó los resultados de 102 reparaciones en 92 pacientes, en la Societa Italiana de Chirurgia, en Nápoles. En 1889 publicó un libro de 106 páginas sobre hernias. Sus hermosas ilustraciones y el texto se reimprimieron en 1937 a los 50 años de su aparición y fueron publicados por su escuela, la Universita de Padova.
En 1932 su colega Catterina publicó un atlas donde se detallaba la "operación de Bassini". El trabajo de Bassini no se conoció fuera de Italia hasta 1890, cuando él publicó un escrito en Alemania. Su última publicación sobre el tema apareció en 1894. Aunque continuó otros 30 años como presidente de cirugía en Padua, se rehusó intervenir en el debate sobre las ventajas de su técnica y sobre las muchas modificaciones (corrupciones) que sufrió su técnica, que aparecieron enseguida, en especial en  los Estados Unidos.
Es probable que los resultados mediocres que se le atribuyeron se debieran a que el procedimiento llamado «de Bassini» se trataba más bien de un Bassini simplificado, con una disección limitada y una sutura de «conjunto» a la arcada con varios puntos, sin incisión de la fascia.
La intervención original de Bassini implicaba:
1.   Una disección amplia,
2.   con incisión de la aponeurosis del oblicuo externo,
3.   Movilización del cordón,
4.   Resección del cremáster,
5.   Descubrimiento del orificio inguinal profundo,
6.   Incisión de la fascia transversal desde el orificio profundo al tubérculo del pubis.
7.   Disección del espacio subperitoneal.
8.   Individualización del oblicuo interno, del transverso y de la fascia, conjunto que formaba lo que Bassini denominó «triple capa».
9.   La reparación se hacía con 6-8 puntos de sutura que unían la «triple capa» a la arcada crural por detrás del cordón.
10.            La aponeurosis del oblicuo externo se suturaba por delante del cordón con puntos separados.

Operación radical de Bassini
Incisión.



La incisión, de unos 5 a 7,5 cm de largo, se efectúa sobre una línea entre la espina ilíaca anterosuperior y el tubérculo púbico. Se seccionan los planos subcutáneos de Camper y Scarpa. Aponeurosis y músculo oblicuo externo. El músculo oblicuo externo y su aponeurosis se cortan en la misma línea, desde la porción superior del anillo inguinal externo hasta un punto lateral al anillo inguinal interno, que se halla a 2,5 cm por encima de las pulsaciones de la arteria femoral.


 
(Tomado de Carbonell, 2001)
La aponeurosis del oblicuo externo se separa del músculo oblicuo interno subyacente mediante disección roma a lo largo de más de 2,5 cm, con el dedo o el mango del bisturí dirigido de manera superficial contra la aponeurosis.



Es importante que el conjunto compuesto por el cremáster y el cordón espermático se separe en su parte inferior del colgajo inferior de la aponeurosis del oblicuo externo y del borde interno del ligamento inguinal.
(Tomado de Carbonell, 2001)

Aislamiento del conjunto del cremáster
Todo el conjunto de tejido se levanta en masa  con el dedo índice exactamente en el tubérculo púbico.
Con el índice y el pulgar de una mano o los índices de ambas manos se puede construir con suavidad un canal alrededor del cordón en el sitio donde emerge del anillo inguinal externo.



Luego todo el aparato compuesto por el cordón espermático y el cremáster se aíslan con suavidad, extendiendo la separación proximal desde el anillo externo hasta el interno.
(Tomado de Carbonell, 2001)

En este punto, el músculo cremáster y la fascia deben separarse del cordón espermático.



Una vez separados, se seccionan los vasos sanguíneos de la fascia cremastérica (los vasos espermáticos externos o cremastéricos derivados de la arteria epigástrica inferior) y los nervios (ramo genital del nervio genitofemoral).
 
(Tomado de Carbonell, 2001)

Aislamiento del saco herniario.
La separación comienza cerca del anillo interno porque el saco está más libre aquí que en el extremo distal.


(Tomado de Carbonell, 2001)

Incisión de la fascia transversalis.
El piso del conducto inguinal se expone traccionando con suavidad el cordón hacia abajo y afuera hasta estirar la fascia transversalis en el sitio donde cubre a los vasos epigástricos profundos cerca del cuello del saco.



Se secciona el piso formado por la fascia en toda su longitud, desde el anillo inguinal profundo hasta el pubis. Luego, Bassini tomaba el borde libre de esta capa triple fascia transversalis, músculo transverso del abdomen y músculo oblicuo interno y con su pulgar separaba la grasa extra peritoneal, unos 2,5 cm alrededor de toda la incisión en el piso del conducto. Con esta maniobra se ven los vasos epigástricos inferiores.
(Tomado de Carbonell, 2001)

Reparación.
Luego de su disección, se procede al retorcimiento, ligadura, transfixión y resección del cuello del saco inguinal indirecto (proceso vaginal).
Bassini, que incidía la musculatura lateral del anillo interno unos 2,5 cm para asegurarse una ligadura alta, también liberaba unos 2 cm del cuello del saco hacia la cavidad peritoneal, de manera que esta sección quedaba al ras con el peritoneo en la fosa ilíaca. Los sacos de las hernias directas se invertían luego de extirpar el seudosaco de la fascia transversalis. La reparación se hace con puntos separados de seda espaciados medio centímetro a lo largo de 5 a 7 cm desde el tubérculo púbico.
Bassini comenzaba en el tubérculo púbico y colocaba estos puntos "similares a jaretas" de adentro hacia afuera comenzando a medio centímetro del borde de la capa triple.
Los primeros puntos incluían el músculo recto o su vaina. De este modo, el cierre era invertido, al modo de Lembert. Mientras se hacen todos los puntos, el cirujano empuja y protege el plano graso pre peritoneal con un dedo.
(Tomado de Carbonell, 2001)

Dado que la capa triple de Bassini se estira por debajo del cordón movilizado hasta el tracto iliopúbico, la vaina femoral y el ligamento inguinal, el cordón queda por encima y no por debajo del plano del oblicuo interno.
Al hacer los puntos dentro del colgajo inferior, el cirujano tracciona el colgajo para proteger los vasos femorales subyacentes.





(Tomado de Carbonell, 2001)

Si se levanta el ligamento de Poupart se puede tomar una buena cantidad de tejido de esta estructura. Se necesitan 6 a 8 puntos para reparar la brecha.
(Tomado de Carbonell, 2001)

Luego, el cordón se coloca sobre la pared posterior del conducto inguinal recién reconstruido y los dos colgajos de la aponeurosis del oblicuo externo se unen con una sutura continua apoyada con puntos separados, para reconstituir el anillo externo.  El plano subcutáneo se aproxima con puntos separados.

Técnica de Bassini

1.   Músculo oblicuo interno;
2.   fascia transversal;
3.   arcada crural;
4.   aponeurosis del oblicuo externo;
5.   incisión de descarga.(Tomado , de Elsevier, 2014)

 

 

Halsted y la operación de Bassini en Norteamérica

Cuando las noticias de los logos de Bassini se difundieron por todo el mundo, enseguida se comprendió su importancia. Antes de su trabajo, la hernio plastia inguinal consistía en esencia en la técnica romana de cierre del saco herniario en el anillo inguinal externo, más el cierre de la piel bajo condiciones antisépticas. Luego de la contribución de Bassini, la herniología pasó a ser el campo de pruebas de la cirugía abdominal (gastrointestinal), estimulada por la introducción en 1888 de la esterilización con vapor de Bergman y la asepsia.
En 1887 Marcy en Boston, 3 años después de que Bassini reconstruyera un conducto oblicuo, todavía seguía "cerrando desde la base" las paredes del conducto, a través del anillo externo. Marcy era miembro de la sociedad quirúrgica italiana, leía italiano, y en su siguiente libro de texto, a principios de 1889, resumió los trabajos italianos de Bassini antes de que Halsted realizara su primer procedimiento en el invierno de ese año. Marcy no público su famosa reparación hasta 3 años más tarde.
La superioridad de la técnica de Bassini ha sido cuestionada en favor de la de Marcy o la de Halsted, pero en el caso de Marcy los análisis eran subjetivos. El propio Halsted escribió 2 semanas antes de su muerte, en 1922, "Es indudable que Bassini tiene la prioridad. Yo no vi un solo trabajo desde el realizado por Bassini que constituyese una novedad." Koontz, uno de los internos de Halsted agregó, "Yo no puedo creer que su trabajo [de Marcy] haya recibido tanta atención y que se le adjudicara más importancia en la literatura  quirúrgica  (en  especial  la  norteamericana)  que  la  que  merecía.  Sin  duda,  su  trabajo  no impresionó mucho a sus contemporáneos, exactamente lo contrario de lo que ocurrió con los de Bassini y Halsted".

Operación de Halsted 1

En diciembre de 1889, Halsted, profesor de cirugía en Johns Hopkins de Baltimore, describió en forma breve un "procedimiento muy parecido al de Bassini". Difería sólo en la colocación del cordón en el plano subcutáneo y en que tenía un cuarto plano por detrás de él, porque en su técnica Halsted incluía la aponeurosis del oblicuo externo a la capa triple. No existía oblicuidad del conducto debido a que el anillo superficial nuevo estaba superpuesto al profundo. Halsted también redujo el cordón a sus partes esenciales, y extirpó al mismo tiempo los lipomas junto con "todas menos una o dos venas" que forman el plexo pampiniforme del cordón espermático. Halsted deseaba reducir el tamaño del  cordón  para prevenir la recurrencia. Cuatro años después (1893) presentó la técnica en detalle. Lamentablemente, tiempo después varios de sus pacientes presentaron lesión, hidrocele (2,5%) o infarto testicular (10%). La disección extra peritoneal a través del piso del conducto también provocó lesión de la vena femoral (y trombosis) o de la vejiga (con extravasación de la orina).

Operación de Halsted II (Ferguson-Andrews)

Estas complicaciones llevaron a Halsted a aceptar el argumento de Ferguson" Respetar el cordón porque es la vía sagrada por donde pasan los elementos vitales indispensables para la perpetuidad de nuestra raza". En 1891, Bulp y Coley ya habían reducido la operación de Bassini a solo la sutura del músculo oblicuo interno al ligamento de Poupart por detrás del cordón. Ferguson sugirió realizar su procedimiento sobre el cordón, que se dejaba en su lecho sin tocar. El piso del conducto (fascia transversalis) se dejaba sin examinar, cortar ni reparar, excepto en la parte lateral al anillo interno. En 1898, Brenner sugirió la preservación y la sutura de la capa muscular cremastérica, que se incidía para localizar, disecar y extirpar el saco peritoneal indirecto. Halsted y su asistente Bloodgood adoptaron esas modificaciones en la operación de Halsted II, a veces denominada procedimiento de Ferguson-Andrews (1899); este último nombre se agregó porque Halsted imbricaba la aponeurosis del oblicuo externo en su cierre para formar la pared anterior del conducto reconstruido. Por lo tanto, para efectuar su reparación, Halsted confiaba en "recubrir la herida con el músculo". La importancia de los músculos abdominales en la prevención de la hernia se había puesto de manifiesto en ese momento porque todas las hernias espontáneas se producen a través de las Fascias y en ese momento acababa de formularse la teoría del mecanismo reflejo de oclusión que protege el anillo inguinal interno.
Un problema que apareció con la operación de Halsted II era la recurrencia en el ángulo púbico. O esas hernias directas a través del triángulo de Hesselbach pasaban inadvertidas en el procedimiento original (debido a que el piso del conducto no se había abierto) o se producían defectos nuevos porque no se habían tomado en cuenta la debilidad del piso, o la atrofia del tendón conjunto, o su inserción alta en la vaina del recto sin fijación en el ligamento de Cooper por detrás del cordón. Para solucionar estos problemas, Halsted, como lo hizo Bassini, suturaba el borde lateral del tendón del recto al ligamento inguinal y usaba descargas en la vaina del recto para poder reflejarlo, como al inicio recomendaban Wolfer y Berger, pero más tarde hacía una incisión para mediana similar a la incisión de descarga que se hace en la actualidad.
McVay y Anson destacaron más tarde que la aponeurosis del recto, una porción de la fascia transversalis que se inserta en el borde lateral del músculo recto por debajo de la vaina anterior, es lo suficientemente fuerte como para evitar la eventración posterior (ventral lateral o de la línea de Spiegel), lateral al músculo recto en la línea semilunar, inferior a los vasos epigástricos inferiores y, por lo tanto, al triángulo de Hesselbach (directa iatrogénica). Esta incisión de descarga fue un aporte importante después de Bassini, que ganó popularidad en los Estados Unidos, gracias a Farr, Fallis, Reinhoff y McVay y también en Europa por el impulso de Tanner.

Técnica de Shouldice
En el Hospital Shouldice la intervención se practica con anestesia local, pero también puede llevarse a cabo con anestesia locorregional o general.
A pesar de los avances en la cirugía herniaria, hay pruebas1 de que el índice de recurrencias permanece fluctuando en 14% en todo el mundo, con rangos de 10 a 22%. Parece ser que en manos de cirujanos dedicados a la cirugía de las hernias los resultados son mejores, pero la mayoría de las hernias son operadas por cirujanos que no sobrepasan los 50 casos al año. Las estadísticas del Hospital Shouldice apuntan al hecho de que 65% de las hernioplastias fallidas son el resultado de una inadecuada investigación del padecimiento o simplemente a un inadecuado conocimiento de la anatomía gruesa de la región. (Mayagoitia, 2009)

Historia
El Hospital Shouldice fue establecido en 1945 por Earle Shouldice, (Bendavid, 1995) cuyos logros no son los de haber diseñado una nueva técnica; simplemente siguió fielmente los pasos de la técnica de Bassini, introducidos por Ernie Ryan. Existen tres pasos que marcan la diferencia con la técnica clásica de Bassini y son los que se aplican hoy en el Hospital Shouldice:
1. El uso de alambre de acero inoxidable como material de sutura en lugar de las suturas de algodón y seda que estaban disponibles en la época de Bassini.
2. La sutura continua en lugar de las suturas interrumpidas que Bassini aplicaba.
3. La exclusión del periostio de la primera sutura, como lo sugería Bassini.
Se ha dicho que el Hospital Shouldice es el heredero de la técnica de Bassini, pues honra y respeta cada paso de su legado, con un promedio de 7 000 operaciones al año, las cuales son realizadas por un equipo de 10 a 12 cirujanos dedicados al manejo de las hernias. Cincuenta años antes Halsted y Cushing establecieron la anestesia local como práctica común.
La movilidad temprana se lleva a cabo en cuanto se termina la cirugía, haciendo que el paciente camine hacia el área de recuperación y deambule cuando los efectos de la sedación hayan desaparecido. Esta tendencia surgió cuando Earle Shouldice observó a un niño que no se pudo mantener en cama después de la hernio plastia y su actividad temprana no tuvo repercusiones ni efectos colaterales en la evolución. (Mayagoitia, 2009)

Incisión

La incisión mide 6-8 cm y sigue un trayecto oblicuo según el eje del trayecto inguinal, sobre la línea que une la espina ilíaca anterosuperior con el tubérculo del pubis. El plano subcutáneo se corta con tijeras o con electrocoagulación, y se efectúa la hemostasia de los vasos subcutáneos.







Técnica de Shouldice
1.   Nervio ilioinguinal;
2.   aponeurosis del oblicuo externo;
3.   cordón espermático. (Tomado, de tratado de cirugía del aparato digestivo, Elsevier, 2014)

Exposición del trayecto inguinal

Se corta la aponeurosis del oblicuo externo en el sentido de sus fibras y a partir del orificio inguinal superficial entre sus dos pilares hasta unos 3 cm por encima del orificio inguinal profundo.
La incisión debe estar separada 2-3 cm de la arcada crural para que no falte tejido durante la realización de las suturas sucesivas ya que «consumen» mucho.

Técnica de Shouldice Exposición del trayecto inguinal.
1.   Nervio ilioinguinal;
2.   aponeurosis del oblicuo externo;
3.   cordón espermático;
4.   nervio ilioinguinal;
5.   músculo oblicuo interno;
6.   arcada crural. (Tomado, de tratado de cirugía del aparato digestivo,  de Elsevier, 2014)

A continuación esta hoja se repone en situación anatómica y se corta la fascia cribiforme a lo largo del borde inferior de la arcada crural, y después a lo largo de los vasos femorales hasta el pubis, para buscar una posible hernia crural asociada.
Se moviliza el cordón espermático y se coloca en un lazo.

Búsqueda de una posible hernia crural.
1.   Hoja superior de la aponeurosis del oblicuo externo;
2.   hoja inferior levantada;
3.   incisión de la fascia cribiforme. (Tomado, de tratado de cirugía del aparato digestivo,  de Elsevier, 2014)


Resección del cremáster y del saco

Se hace una incisión longitudinal en el cremáster y se divide en dos colgajos, inferoexterno y superointerno. Cada colgajo se sujeta con una pinza en cada uno de sus dos extremos y se reseca entre las dos pinzas.  Los muñones se suturan con hilo reabsorbible.
Resección del cremáster.
1.   Colgajo superointerno de la vaina cremastérica;
2.   muñón del colgajo inferoexterno ligado;
3.   saco indirecto;
4.   muñón del colgajo inferoexterno ligado. (Tomado de tratado de cirugía del aparato digestivo,  de Elsevier, 2014)

Esta maniobra permite explorar sin dificultad el contenido del cordón y evita que un pequeño saco infrafunicular pueda pasar inadvertido. Si la hernia es indirecta, se diseca el saco, se liga a la altura del orificio inguinal profundo y se reseca.  El muñón se retrae hacia el interior del orificio profundo. Si no se encuentra el saco, hay que asegurarse de que se identifica el fondo de saco peritoneal para tener la garantía de que no existe.  Si la hernia es directa, se trata después de la incisión de la fascia transversal.
Resección del saco.
1.   Fascia transversal;
2.   arcada crural;
3.           vasos epigástricos. (Tomado de tratado de cirugía del aparato digestivo, de Elsevier, 2014)

Abertura de la fascia transversal

La fascia transversal se corta siempre, sea cual sea el tipo de hernia. Primero hay que individualizar bien el reborde interno del orificio inguinal profundo e identificar los vasos epigástricos. Se corta entonces la fascia con tijeras, desde el orificio profundo al tubérculo del pubis, con cuidado para no lesionar el pedículo epigástrico subyacente. Las dos hojas de la fascia transversal se separan del plano subperitoneal mediante disección roma.

Fascia transversal cortada desde el orificio inguinal profundo al tubérculo del pubis.
1.   Muñón del saco;
2.   muñón del cremáster;
3.   hoja inferior de la fascia transversal;
4.   vasos epigástricos;
5.   hoja superior de la fascia transversal;
6.   grasa subperitoneal. (Tomado , de tratado de cirugía del aparato digestivo,  de Elsevier, 2014)

Reparación de la pared

Las fases de la reparación constan de tres suturas continuas de ida y vuelta.
El objetivo del primer plano de sutura es que la fascia transversal recupere la tensión, para lo que se fija la hoja inferior de la fascia a la cara profunda de la hoja superior. El primer punto se hace a la altura del tubérculo del pubis. Se toman sucesivamente el colgajo inferior de fascia, el borde lateral de la vaina de los rectos y la cara profunda de la hoja superior de la fascia.
Sutura continua de ida del primer plano, que une la hoja inferoexterna de la fascia transversal con la cara profunda de la hoja superointerna a partir del tubérculo del pubis y en la que se integra el muñón del cremáster en su extremo.
1.   Músculo oblicuo interno;
2.   muñón del cremáster;
3.   arcada crural. (Tomado de tratado de cirugía del aparato digestivo, de Elsevier, 2014)

La distancia entre los puntos debe ser de 2-4 mm y se pasan alternativamente cerca y lejos del borde libre de la fascia, en forma de «dientes de sierra», para evitar que se desgarre.
En el último punto se prende también el muñón del cremáster situado a la altura del orificio profundo.
A continuación, la sutura de vuelta se hace con el mismo hilo, uniendo el borde libre del colgajo superior de la fascia a la arcada crural, en dirección al tubérculo del pubis, donde se acaba la sutura.






Sutura continua de vuelta del primer plano, que une el borde libre de la hoja superointerna de la fascia transversal con la arcada crural. (Tomado de tratado de cirugía del aparato digestivo, de Elsevier, 2014)

El segundo plano comienza en el orificio profundo y une la arcada crural, inmediatamente por encima de la sutura precedente, al borde inferior del ligamento conjunto si existe, o del músculo oblicuo interno, hasta el tubérculo del pubis.

Sutura continua de ida del segundo plano, que une el tendón conjunto o el músculo oblicuo interno a la arcada crural a partir del orificio inguinal profundo. (Tomado, de tratado de cirugía del aparato digestivo,  de Elsevier, 2014)

A la vuelta, la sutura abarca de nuevo a la arcada, por encima de la precedente, y al músculo oblicuo interno hasta el orificio profundo.
Sutura continua de vuelta del segundo plano, que une el músculo oblicuo interno con la aponeurosis del oblicuo externo. (Tomado, de tratado de cirugía del aparato digestivo, de Elsevier, 2014)

El tercer plano consiste en una sutura en planos superpuestos de las dos hojas de la aponeurosis del oblicuo externo con una sutura continua de ida y vuelta por delante del cordón.
La primera pasada comienza a la altura del orificio superficial y une el colgajo inferior a la cara profunda del superior. A la vuelta, el borde libre del colgajo superior se une a la cara superficial del colgajo inferior, recubriendo la línea de la sutura precedente.
La intervención acaba con la sutura de la fascia de Scarpa y de la piel.
Tercer plano se sutura: el colgajo inferoexterno de la aponeurosis del oblicuo externo se ha suturado a la cara profunda del colgajo superointerno, y después éste se ha suturado al anterior en planos superpuestos. (Tomado, de tratado de cirugía del aparato digestivo,  de Elsevier, 2014)

En el Hospital Shouldice, las suturas se hacen con hilo de acero. El ayudante mantiene el hilo en tensión con ayuda de un gancho para evitar los bucles en sentido contrario. La manipulación del hilo de acero es difícil y exige experiencia y atención. Casi todos los demás cirujanos utilizan un monofilamento no 
reabsorbible.


















Tomado de Atlas de técnicas quirúrgicas de Gliedman, 1994

Técnica de McVay

En 1898, en Viena, Lotheissen usó por primera vez el ligamento de Cooper para anclar la reparación de Bassini, por sugerencia de Narath, cuando, en un paciente con hernia recurrente, el ligamento inguinal se hallaba destruido. Lotheissen usó con buen resultado el ligamento iliopectíneo y luego dio a conocer una serie de 12 de esas operaciones. Seeligy Chouké revitalizaron esta innovación pero fueron McVay y Anson quienes la hicieron popular. Su reparación se tornó tan exitosa como sustituto de la operación de Bassini, en especial para los defectos directos, que después Harkins denominó herniotomía de McVay.
La técnica de McVay, que ha persistido durante mucho tiempo en Estados Unidos y que se caracteriza por el descenso del tendón conjunto hasta el ligamento de Cooper, con una incisión de descarga, apenas se practica en la actualidad. El descenso del conjunto hasta el ligamento de Cooper lo propuso ya Lotheissen en 1897 pero sin contraincisión de descarga. McVay desarrolló su técnica con una incisión de descarga y la publicó en 1948. El procedimiento de McVay es una intervención importante, que suele practicarse bajo anestesia general. Algunos cirujanos incluso colocan un catéter vesical. No obstante, es evidente que puede realizarse con anestesia locorregional

Disección

La incisión cutánea, la abertura de la aponeurosis del oblicuo externo, la disección del cordón y la incisión ampliada de la fascia son iguales a las de las intervenciones de Shouldice o de Bassini.
El ligamento de Cooper se libera en el espacio subperitoneal y los vasos femorales y la vaina vascular se liberan hacia afuera. El tejido adiposo y los ganglios del canal crural se resecan. Se libera el borde inferior del transverso y se corta el cremáster. Si la hernia es indirecta, se reseca el saco y se secciona la arteria funicular
.


 


Disección.
1.        Músculo oblicuo interno;
2.        vena femoral;
3.        arcada crural;
4.        ligamento de Cooper;
5.        incisión de descarga;
6.        vaina del recto;
7.        grasa subperitoneal. (Tomado de tratado de cirugía del aparato digestivo,  de Elsevier, 2014)

 

Incisión relajante

A continuación se practica una incisión de descarga en la unión de la aponeurosis del oblicuo externo con la vaina de los rectos y se amplía hasta unos 10 cm hacia arriba a partir del pubis.
Una buena incisión relajante anatómica protegerá a la aponeurosis del oblicuo mayor y no permitirá que el músculo recto del abdomen forme un miocele. Tampoco permitirá la formación de una hernia verdadera.
Evite: Una incisión en la línea alba o en la línea semilunar. Esto se hace mediante la elevación cuidadosa del colgajo medial de la aponeurosis del oblicuo mayor. Evite  Lesionar el nervio abdominogenital mayor.


(Tomado de Gliedman, 1994)
Incisión relajante
El cirujano debe estar familiarizado con la formación de la lámina anterior de la vaina del recto:
*            Debajo de la línea semicircular (de Dougbs o arqueada) no hay una capa aponeurótica posterior en la vaina del recto.
*            la lámina anterior está formada por las aponeurosis de los músculos oblicuo menor y transverso del abdomen y es reforzada por la aponeurosis del músculo oblicuo mayor.
*          la aponeurosis del oblicuo mayor puede "descender" en la mitad lateral o en la mitad medial de la lámina anterior. Casi nunca desciende en la línea semilunar {borde lateral del recto del abdomen} o en la línea alba.
La incisión relajante se hace inmediatamente lateral a la línea de inserción ("descenso") de la aponeurosis del oblicuo mayor sobre la lámina anterior de la vaina. Este es el punto donde las aponeurosis del oblicuo menor y del transverso del abdomen se fusionan para formar la vaina del recto.
La incisión se inicia en la cresta púbica y se extiende hacia arriba unos 5 cm. La longitud de la incisión depende de la anatomía y de la alteración local (Ponka). Una buena incisión relajante anatómica protegerá a la aponeurosis del oblicuo mayor y no permitirá que el músculo recto del abdomen forme un miocele. Tampoco permitirá la formación de una hernia verdadera.
Evite: Una incisión en la línea alba o en la línea semilunar. Esto se hace mediante la elevación cuidadosa del colgajo medial de la aponeurosis del oblicuo mayor.  Lesionar el nervio abdominogenital mayor.

Reparación

La reparación se inicia con la sutura del borde inferior del transverso al ligamento de Cooper. La sutura comienza a la altura del tubérculo del pubis y continúa hacia fuera, hasta la vena femoral. Consta de una decena de puntos separados. El canal crural se cierra con dos o tres puntos de transición que unen el ligamento de Cooper a la vaina vascular. La sutura se continúa hacia fuera uniendo la aponeurosis del transverso a la fascia prevascular y a la arcada crural.




(Tomado de Gliedman, 1994)

Todos los puntos se pasan y se anudan al final de dentro hacia afuera. En el nuevo orificio profundo sólo puede introducirse la punta de una pinza de Kelly. La aponeurosis del oblicuo externo se sutura por delante del cordón.
En la incisión de descarga, la aponeurosis puede fijarse a los músculos con algunos puntos separados e incluso puede repararse el defecto aponeurótico con una lámina protésica.

(Tomado de Gliedman, 1994)
Sutura que une el borde inferior del transverso al ligamento de Cooper y después a la vaina de los vasos femorales a la arcada crural por delante de los vasos femorales.



(Tomado, de tratado de cirugía del aparato digestivo,   de Elsevier, 2014)




Otras técnicas
Aunque no son muy practicadas, estas intervenciones tienen el mérito de haber contribuido, cada una a su manera, al enfoque de la herniorrafia.

Técnica de Houdard

El procedimiento de Houdard es un Bassini mejorado, parecido al Shouldice, con sección del pedículo cremastérico y sutura posterior llevada lo más lejos posible hacia fuera. Houdard insiste mucho en la importancia del restablecimiento del trayecto en bayoneta del cordón para evitar el riesgo de recidiva indirecta.
El porcentaje de recidivas con esta técnica tras la herniorrafia primaria es del 8,9% con un seguimiento de 15 años.

Técnica de Berger

En 1965 Vayre retomó el refuerzo del plano posterior con un colgajo de recto abdominal, propuesto por Berger en 1902.
Esta plastia aponeurótica tiene por objeto evitar la sutura a tensión y reforzar la pared posterior, sobre todo cuando la zona débil es amplia, como sucede en algunas hernias directas. Tras la disección habitual, se corta la hoja anterior de la vaina de los rectos siguiendo una línea curva de concavidad inferior, se la abate y se fija a la arcada crural por detrás del cordón.

Técnica de Marcy

Esta intervención descrita en 1871. Su objetivo era restablecer la eficacia del anillo inguinal profundo en las hernias indirectas. En esencia, consiste en empequeñecer el orificio inguinal profundo, para lo que Griffith insiste en la necesidad de hacer una resección circular del cremáster alrededor de todo el orificio y desviar los músculos oblicuos internos y transversos, así como la arcada crural. A continuación hay que cortar la fascia alrededor del orificio donde se continua en con la vaina fibrosa del cordón. El orificio se estrecha colocando algunos puntos de sutura por dentro del cordón, separados 7-8 mm.

Casos particulares

 Hernias por deslizamiento

La hernia por deslizamiento es aquélla en la que una parte de las vísceras retroperitoneales penetran en el saco y contribuyen a la formación de su pared. La víscera, habitualmente el ciego o el sigma, se desliza fuera del abdomen, a veces con un meso y los vasos que contiene, y con su fascia de fijación. La parte posteroexterna del saco está formada por la víscera y su fascia de fijación. En esta zona puede encontrarse peritoneo libre.

Este tipo de hernias ha sido objeto de numerosas interpretaciones. En una revisión reciente, Bendavid propuso la siguiente clasificación cuyo mérito es el de la claridad:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

Figura: Tipos de hernia por deslizamiento según Bendavid.

A. Tipo I.
B.  Tipo II.
C.  Tipo III. 1. Peritoneo visceral; 2. peritoneo parietal. (Tomado , de Elsevier, 2014)

    Tipo I: toda hernia en la que el saco herniario está formado en parte por la pared de una víscera. Es el tipo más frecuente (95% de los casos). Corresponde a las denominaciones clásicas de intramural, parasacular o visceroparietal. En la mayoría de los casos el contenido está formado por el sigma, el ciego y el apéndice; es menos frecuente encontrar íleon o un anejo en las niñas, y aún menos el útero;
    Tipo II: toda hernia que contiene una víscera retroperitoneal con su mesenterio, que participa en la formación del saco. Este tipo representa alrededor del 5% de los casos y corresponde a las denominaciones clásicas de intrasacular y visceromesentérica. Lo más frecuente es que el contenido esté formado por el sigma o, con menor frecuencia, por el ciego y el apéndice o un anejo;
    Tipo III: este tipo corresponde a una protrusión de la víscera propiamente dicha, con un saco peritoneal mínimo o inexistente. Se trata de una variedad excepcional (1/10.000) y corresponde a  las denominaciones de «sin saco», extraperitoneal o extrasacular. Es la más peligrosa, porque la incisión de lo que parece un saco puede provocar la abertura de la víscera.
Las hernias por deslizamiento representan el 8% de las hernias inguinales y son más frecuentes en el lado izquierdo, donde el contenido corresponde al sigma. Se observan sobre todo en varones adultos, y su incidencia aumenta con la edad. A menudo son hernias antiguas, en las que la evolución antes de la cirugía es de 11,8 años por término medio. En general son indirectas, voluminosas y reductibles. En la infancia sólo afectan a niñas pequeñas con protrusión del ovario y la trompa.
No hay que ceder a la tentación de «recrear un saco» dividiendo la cara posterior del colon herniado. En este punto no hay peritoneo, por lo que la separación se haría en el espesor de la fascia de fijación o en el mesocolon, con el riesgo de lesionar los vasos del colon. Lo único que hay que hacer es abrir el saco por delante, donde sí hay peritoneo, en una zona lo bastante alta para evitar cortar el colon. Una vez comprobado el contenido, se vuelve a cerrar el peritoneo con una sutura continua de hilo fino. Hay que separar el saco de los elementos del cordón y reducir en masa el saco y el intestino devolviéndolo al abdomen. Por último, se procede a la reparación mediante herniorrafia o con una prótesis.







Figura:   Hernia por deslizamiento. Abertura del saco, confección de una bolsa sobre el peritoneo y resección del exceso. (Tomado, de Elsevier, 2014)





Figura:   Hernia por deslizamiento. El saco se cierra y se separa del cordón mediante disección roma. (Tomado, de Elsevier, 2014)

Hernias inguinoescrotales


En las hernias inguinoescrotales es preferible no tratar de resecar el saco en su totalidad con el fin de reducir el riesgo de orquitis isquémica y de la atrofia consiguiente. La orquitis se atribuye más a una trombosis venosa que arterial.






La distribución de la circulación colateral hace que el testículo tolere bien la desvascularización alta de las venas (la que se utiliza parar tratar el varicocele), pero la desvascularización baja lo expone al riesgo de una orquitis isquémica. Por ello, Wantz aconseja no extirpar la porción distal del saco inguinoescrotal sino dejarla en su lugar. Antes de aplicar este método se habían descrito dos atrofias en un total de 1.682 herniorrafias de tipo Shouldice por hernia primaria, y cinco atrofias en 311 intervenciones por recidivas. Desde que se adoptó esta práctica, sólo se ha observado una atrofia entre 4.000 herniorrafias primarias y dos en 600 recidivas.
En la práctica se corta transversalmente el saco en su parte alta y sólo se diseca esta parte. La ligadura y resección de esta porción del saco se hace de la forma habitual. La parte baja se abandona en su lugar después de haberle hecho una hendidura longitudinal con unas tijeras para evitar la formación de un hidrocele.

Referencias
1.      Bendavid R, Andrews DF, Gilbert AI: Testicular atrophy: incidence and relationship to the type of hernia and to multiple recurrent hernias. En: Problems in general surgery. Vol. 12. Filadelfia, Lippincott--Raven, 1995:225--227.
2.      Bendavid R: Dysejaculation. En: Abdominal wall hernias: principles and management. Cap. 117. NuevaYork, Springer Verlag, 2001:757.
3.      Bendavid R: Femoral hernias, why do they recur. En: Problems in general surgery. Vol. 12. Filadelfia, Lippincott--Raven, 1995:147--149.
4.      Bendavid R: The merits of the Shouldice repair. Problems General Surg 1995;12(1):105--109.
5.      Bendavid R: The Shouldice method of inguinal herniorrhaphy. En: Nyhus LM, Baker RJ, Fischer JE (eds.): Mastery of surgery. 3ª ed. Vol II. Little Brown, 1996:1837.
6.      BendavidR, Shouldice E:Abiography. En: Problems in general surgery. Filadelfia, Lippincott--Raven, 1995:12.
7.      Brunicardi, 2011. Schwartz, Principios de cirugía. 9na. Edición. Mc Graw Hill.
8.      Carbonell, 2001. Hernia inguinocrural. Ethicon.
9.      CMCG, 2008. Tratado de cirugía general. 2da. edición. Manual moderno
10.    Cushing H: The employment of local anaesthesia in the radical cure of certain cases of hernia with a note upon the nervous anatomy of the inguinal region. Ann Surg 1900;31:1--34.
11.    Elsevier 2014. Tratado de Cirugía del aparato digestivo.
12.    Elsevier 2014. Tratado de Cirugía General.
13.    Fruchaud H: The surgical anatomy of hernias of the groin. Bendavid R, Cunningham P (trads. y eds.). University of Toronto Press, 2006.
14.    Gliedman, 1994. Atlas de técnicas quirúrgicas. Mc Graw Hill.
15.    Madden, 1987. Atlas de técnicas en cirugía. 2da edición. Interamericana
16.    Maingot-Zinner. Operaciones abdominales. 11 va.  Edición. Mc Graw Hill.
17.    Mayagoitia, 2009. Hernias de la pared abdominal.  2da. edición. Editorial Alfil.
18.    Michael Henry. 2005. Cirugía clínica. Masson.
19.    Michans, 2008. Cirugía. 5ta edición. Editorial el Ateneo.
20.    Moore, 2013. Anatomía con orientación clínica. 7ma. Edición. Editorial Lippincott.
21.    Obney N, Chan CK: Repair of multiple recurrent inguinal hernias with reference to common causes. Contemporary Surg 1984;25:25--32.
22.    Obney N: Hydrocoeles of the testicle complicating inguinal hernias. Can Med Assoc J 1956;75:733.
23.    Perera, 2007. Cirugía de urgencia. 2da. edición. Interamericana.
24.    Sabiston, 1996. Atlas de cirugía. Mc Graw Hill.
25.    Sabiston,1998. Tratado de cirugía.3rava edición.  Mac Graw Hill
26.    SchumpelickV: Paper presented at the III International Hernia Congress, Boston, EUA, julio 7 a 11 de 2006.
27.    Skandalakis, 2014. Surgical anatomy and technique. 4ta edición. Editorial Springer.
28.    Skandalakis,1992. Hernias. Mc Graw Hill.
29.    Skandalakys, 1996.Complicaciones anatómicas en cirugía general. Mc Graw Hill.
30.    Suros, 2002.Semiología médica y técnica exploratoria. 8va edición. Elsevier -Masson.
31.    Testut-Latarget, 1994.Anatomía Humana. Salvat.
32.    Thomas ST, Barnes JP: Recurrent inguinal hernia in relation to ideal body weight. Surg Gyn Obstet 1990;170:510--512.
33.    Way, 2007.Diagnóstico y tratamiento quirúrgicos.  Manual moderno.
34.    Zollinger. Atlas de cirugía. Mc Graw Hill.
               

No hay comentarios.: