Competencias en cirugía



Competencias en cirugía
Todo esto no es tan simple  como  parece, debemos  repasar los fundamentos de aprendizaje en medicina,  en sistema B learning y sobre todo  definir cuáles son estas competencias y como se da este proceso de enseñanza aprendizaje  en las competencias que requiere el cirujano. 
Para los residentes (estudiantes de especialidad médico-quirúrgica)  no  se han establecido las competencias que debe   desarrollar y adquirir  para su práctica   quirúrgica. Ya mencionamos la  iniciativa (ACGME), la cual cambió el enfoque de la educación médica de programas que potencialmente educaban residentes al cumplir con los requisitos de acreditación a programas que en realidad educan a los residentes a través de la valoración de los resultados de dichos programas.  En el año 1999, el Outcomes Project identificó seis competencias fundamentales que podrían actuar como marco conceptual para la capacitación de residentes para el trato competente y compasivo en el cambiante sistema sanitario de hoy en día. Las seis competencias fundamentales designadas por el ACGME son la atención del paciente, conocimiento médico, aprendizaje y mejoría basados en la práctica, capacidad de comunicación y habilidad en las relaciones interpersonales, profesionalismo y práctica basada en sistemas.  Si bien este sistema  nos  puede servir de base  es muy general y no especifica    competencias quirúrgicas  en la práctica. (ACGME, 1999.)
Estas competencias son para todos los residentes de las diferentes  especialidades tanto médicas como quirúrgicas.   Un  programa o estructuración de competencias  para los  médicos estudiantes de la especialidad de cirugía general, no  se ha elaborado, cada hospital tiene sus métodos muy propios, generalmente tradicionalistas, (“ así me enseñaron, así enseño o”), pero lo que es peor  en un mismo hospital y en  diferentes turnos cada cirujano  explica o enseña  cómo se imagina  o como a él le enseñaron,  sin  tener una programación ya no digamos en competencias, cuando ni siquiera basada en objetivos. Cada residente va  aprendiendo de acuerdo a   su  autoría   pero  la mayoría de las veces  sin un tutor o facilitador del conocimiento  y sin objetivos por año  o por procedimiento para alcanzar  competencias adecuadas y  poder realizarse como cirujano, ser útil a la sociedad, a su familia  y a la humanidad en general,    y además ser feliz  con lo que  hace.
La educación basada en competencias ha influido también en forma importante en la evaluación del aprendizaje, la cual generalmente estaba enfocada primordialmente al área cognoscitiva, en la que si el alumno obtenía resultados satisfactorios en este tipo de exámenes, habitualmente de opción múltiple, se daba por hecho que había adquirido las habilidades, destrezas y actitudes que se necesitan para lograr la competencia clínica. Esto en área quirúrgica no es  posible.
Se ha subrayado ya la necesidad de que la construcción del conocimiento y su integración a las habilidades y destrezas quirúrgicas sea gradual. La enseñanza de la cirugía así lo demanda. Pero también demanda la experiencia en el ser humano; ésta es inevitable. Y es aquí donde la intervención del docente es determinante al ir supervisando las destrezas que debe adquirir el  cirujano en formación, haciendo en cada paso las observaciones positivas necesarias para reforzar conductas, fortalecer la confianza y minimizar, en lo posible, las complicaciones que puedan surgir. Sólo de esta manera un cirujano se va gradualmente haciendo experto y apto para la autonomía quirúrgica necesaria.  El ejercicio médico requiere de aptitud médica, esto es, conjunto de habilidades, destrezas y actitudes requeridas para ejercer la medicina. Las habilidades dan cuenta de la capacidad física y mental para realizar una actividad; las actitudes comprenden el comportamiento del médico ante un suceso; y las destrezas hablan de la precisión con la cual se efectúa una actividad médica sea técnica, procedimiento o maniobra. Nada hay más falso que considerar a la cirugía como una simple destreza motora y al cirujano como un ser hábil con las manos. El viejo dicho de que un cirujano es un ser que mueve más rápido las manos de lo que piensa es, sin duda, para quienes capacitan cirujanos, una gran mentira. Si bien es cierto que mínimas destrezas motoras son necesarias, la rapidez con la que una cirugía se realiza es rara vez de importancia y, en sus resultados finales, tiene poco valor la eventual espectacularidad de la habilidad manual. (Graue, 2010)
Según Norman, La competencia clínica es un conjunto de atributos multidimensionales y hace la categorización siguiente: (Norman, 1985)
   Habilidades clínicas: La  habilidad  para adquirir  información al interrogar y examinar  a los pacientes e interpretar el significado de la información obtenida.
   Conocimientos y comprensión: la habilidad para recordar  conocimiento relevante acerca de condicione s clínicas que lleven a proveer atención medica efectiva y eficiente para los paciente.
   Atributos interpersonales: la expresión de aquellos  aspectos de carácter profesional del médico que son observables en las interacciones   con pacientes.
   Solución de problemas y juicio clínico: la aplicación del conocimiento relevante, habilidades clínicas y atributos interpersonales para el diagnóstico, investigación y atención  de los problemas de un paciente.
   Habilidades técnicas: la habilidad  para usar procedimientos y técnicas especiales en la  investigación  y atención del paciente
En Cirugía es necesario  que la enseñanza-aprendizaje y su integración a las habilidades y destrezas  sean programadas y basadas en competencias quirúrgicas sin dejar de lado las competencias clínicas y apoyarse en modelos nuevos de aprendizaje como el mixto que puede   agregar dinamización en el proceso y flexibilidad. Es aquí donde la intervención del facilitador en cirugía es determinante al ir supervisando las destrezas que debe adquirir el cirujano en formación, haciendo en cada paso las observaciones positivas necesarias para reforzar conductas, fortalecer la confianza y minimizar, en lo posible, las complicaciones que puedan surgir. Evaluando de acuerdo  a las competencias  que se establezcan para que de esta manera  el cirujano  con paso firme  vaya avanzando hasta lograr ser un  experto competente  para la independencia quirúrgica.  Si el proceso de formación de un cirujano difiere de aquel del médico clínico, se antojaría pertinente considerar si el candidato a cirujano debiese tener características particulares innatas y, de ser es así, conocer cuál de ellas hará que se desarrolle mejor profesionalmente.
El cirujano además del grado de conocimientos previos, ha de desarrollar habilidades visuoespaciales, destrezas manuales y las características de la personalidad con intuición y capacidad para la resolución de problemas en situaciones de riesgo, esto es, lo que ha de desarrollar son destrezas de percepción del entorno (habilidades perceptuales), a las que debe añadir un conjunto coordinado de movimientos y de habilidades motoras capaces de actuar de manera simultánea seleccionando rápido la respuesta adecuada para los acontecimientos que pudieran presentarse en ese entorno anatómico. A lo anterior, se ha de sumar la capacidad de manipular con precisión y rapidez pequeños objetos anatómicos, diferenciando, siempre, prioridades y tiempos quirúrgicos. Más allá de la variable habilidad motora del movimiento de manos, muñecas y dedos que un aspirante a cirujano pueda llegar a tener, lo que ha de desarrollar son destrezas de percepción del entorno (habilidades perceptuales), a las que debe añadir un conjunto coordinado de movimientos y de habilidades motoras capaces de actuar de manera simultánea seleccionando rápido la respuesta adecuada para los acontecimientos que pudieran presentarse en ese entorno anatómico.
De las posibles aptitudes personales que debe tener un cirujano, se han estudiado:
1.   El grado de conocimientos previos;
2.   Las destrezas manuales;
3.   Las habilidades de percepción visuoespaciales, y
4.   Las características de la personalidad. (Murdoch, 1994. Darzi, 2005)
Destrezas manuales: Una afirmación aceptada con mucha frecuencia es que el cirujano debe ser diestro con las manos y, de hecho, esta afirmación se acepta como una verdad. Sin embargo, cuando se ha pretendido correlacionar las destrezas manuales y motoras (mediante las pruebas existentes de destrezas motoras manuales) con la pericia de un cirujano, no se han encontrado correlaciones significativas; (Squire, 1989)  en ocasiones, inclusive, hasta han llegado ser contradictorias, pues los cirujanos experimentados y reconocidos han obtenido menores índices de destrezas motoras que los aprendices y aspirantes. No obstante estos resultados, es intuitivo que se requiera algún grado de destreza manual para el buen desarrollo de una cirugía y, tal vez, haya que elaborar pruebas de destrezas motoras específicas para el aspirante a cirujano y determinar cuáles de estas posibles habilidades son necesarias para un desarrollo profesional idóneo. (Francis, 2001). Lo que sí queda claro es que las destrezas quirúrgicas no son la resultante de una habilidad motora innata, sino más bien el producto de una educación gradual y capacitación constantes, por lo que las simples destrezas manuales y motoras, por sí mismas, no podrían ser un factor predictivo de quién va a desarrollarse como un buen cirujano.
Habilidad visuoespacial: Esto tipo de habilidad consiste en la capacidad de representar mentalmente objetos tridimensionales, analizarlos en sus partes y características, comprenderlos en sus rotaciones y traslaciones y recomponerlos, de un estado de dos dimensiones, a la representación tridimensional original. El grado de desarrollo individual de este tipo de habilidades parece ser innato y relacionado con el hemisferio cerebral derecho. Esta habilidad visuoespacial se aplica, en la vida cotidiana, para representar de modo mental tareas físicas o manuales. (Anastarios, 2000). Estas habilidades han sido motivo de estudio a fin de conocer su valor predictivo en el desarrollo del cirujano. En el caso de la cirugía, se han examinado en el FAT (F/e/d Articulation Test), (Gibbons 1986) demostrando ser de gran utilidad en la predicción de futuras habilidades quirúrgicas. La correlación, en este sentido, ha sido de alta significación, encontrándose que aquellos aspirantes que calificaban alto aprendían y se desarrollaban mucho mejor que los que obtenían índices menores. (Wanzel, 2002) A pesar del gran valor predictivo de esta prueba y de que se antoja lógica su aplicación regular, son raros los programas de adiestramiento quirúrgico que la toman en consideración como criterio de selección para la aceptación de aspirantes.
Personalidad del cirujano y sus características deseables: No es poco frecuente el escuchar la opinión de que el cirujano exitoso debe ser un individuo decidido, impermeable al estrés emocional y con gran capacidad de decisión, cualidades que se antojan deseables en todos los profesionales de la medicina, pero que pudieran ser intencionalmente buscadas en los candidatos a cirujanos. Por ello, se han realizado algunos estudios para explorar si existe entre ellos algún común denominador.
Al comparar, mediante pruebas psicológicas, los perfiles de personalidad y ciertas características sociales predominantes entre médicos generales, especialistas clínicos y cirujanos, se observó que en estos últimos predominaban los caracteres de extraversión, competitividad, estructura mental estable, poca reactividad al estrés y tendencia a tomar decisiones de índole práctica.(Schwartz, 2014) Sin embargo, estos estudios se hicieron al comparar individuos que ejercieron ya en las diferentes situaciones clínicas y quirúrgicas, por lo que estas características bien pueden ser resultado de la experiencia que modeló su conducta, más que un perfil de personalidad al ingreso a la residencia.
Las pruebas de personalidad y psicológicas hechas y comparadas contra otros profesionales no han sido muchas y sus resultados son variables.  Cuando se preguntó a cirujanos y residentes cuáles eran las características que debiese tener un cirujano, coincidieron en señalar que: la decisión; el poseer conceptos claros sobre justicia, mostrar espíritu de colaboración en grupo, tener flexibilidad intelectual, aceptar con honestidad los errores, ser disciplinado, estar motivado a lo novedoso y estar dispuesto a escuchar (Greensburg, 1982) serían las cualidades de personalidad y carácter más importantes. Esto no quiere decir que sea un común denominador, y si se analizan estos resultados, se concluye, con facilidad, que todas estas características son más bien cualidades y no necesariamente perfiles de personalidad.
Cuando en un estudio se preguntó la opinión de cirujanos y residentes de años terminales sobre las características deseables que deberían tener los residentes de años inferiores o novatos, (Balwin, 1999) los encuestados coincidieron en señalar las siguientes: que maneje cuidadosamente los tejidos e instrumentos riesgosos (en relación con sus habilidades técnicas); que identifique con facilidad a los pacientes muy enfermos (en relación con sus habilidades clínicas); que establezca empatía con los pacientes (en relación con sus habilidades de comunicación), y que conozca la evolución natural de las enfermedades (en relación con los conocimientos médicos). En el mismo estudio, cuando les preguntó sobre cuál era la característica más importante que debiese tener un residente que inicia, la afirmación en la que estuvieron con más frecuencia de acuerdo fue que los novatos reconocieran claramente sus límites de conocimientos y habilidades. De lo anterior se puede concluir que no existe una única prueba psicométrica que pueda definir cuáles son los perfiles de personalidad de un cirujano y, en consecuencia, predecir el aprendizaje y desarrollo profesional exitoso de un candidato idóneo. (Graue, 2010)
Actualmente   con todo esto no basta  , además  en base a las nuevas competencias establecidas  se debe tener la competencia de comunicación con su  equipo,  su personal, otras disciplinas, con el paciente y con la sociedad  para  poder Ser  un cirujano completo y además tener  respeto por   los credos,  socioculturales  y por   el entorno en general.

9. BIBLIOGRAFÍA.
·                    ABIM, 2001. American board of internal medicine. Project professionalism. Philadelphia 2001.
·                    ABIM, 2002. American board of internal medicine. Mediucal professionalism in the new millenium: a physician chárter. Ann Intern Med 2002.
·                    ACGME, 1999.Council in medical Education, essentials in hospital Approved for Residencies in specialities. JAMA 1999.
·                    ACGME, 2000. Accreditation Council for graduate Medical Education ( ACGME) Outcome proyect ACGME  website 2000.
·                    Álvarez, I. (2005). «Evaluación como situación de aprendizaje o evaluación auténtica». Perspectiva educacional, 45, pp. 45-67.
·                    Anastarios, 2000. Visual spatial habilities in surgical training. Am J surg, 2000.
·                    Balwin, 1999. Consultant surgeons opinión  of the skills required of basic surgical trainners. Br J Surg 1999.
·                    Benoite, 2007. Informe final proyecto Tuning en America latina. Publicacion de la Universidad de Deusto. España.
·                    Carrizosa Rúbricas para la orientación y evaluación del aprendizaje en entornos virtuales. ii jornadas sobre docencia del derecho y tecnologías de la información y la comunicación. Esther Carrizosa Prieto
·                    Cruess, 2000. Professionalism-an ideal to be pursued. Lancet 2000.
·                    Darzi, 2005. Selection of individuals for training in surgery. Am. J Surg, 2005.
·                    Delgado, 2010. Manual. Técnicas e instrumentos para facilitar la evaluación del aprendizaje. Evaluación del aprendizaje. Centro de enseñanza técnica y superior. Mtra.  Xiomara Delgado Rodríguez. Tijuana Baja California, 12 de junio de 2010
·                    Delgado, 2010. Manual. Técnicas e instrumentos para facilitar la evaluación del aprendizaje. Evaluación del aprendizaje. Centro de enseñanza técnica y superior. Mtra.  Xiomara Delgado Rodríguez. Tijuana Baja California, 12 de junio de 2010
·                    Escudero, 2008. «Las competencias profesionales y la formación universitaria: posibilidades y riesgos». Red U. Revista de docencia universitaria, 2. Disponible en: www.um.es/ ead/Red_U/m2/escudero.pdf.
·                    Escudero, J. M. (2003). «Dos décadas de reformas escolares en España y Latinoamérica: algunas lecciones que es preciso aprender». Revista de la Facultad de Ciencias de la Educación, 5, pp. 19-72.
·                    Etxabe Urbieta, 2011.1 Diseño de rúbricas en la formación inicial de maestros/as Revista de Formación e Innovación Educativa Universitaria. Vol. 4, Nº 3, 156-169 (2011) Departamento de Didáctica de la Matemática y de las Ciencias Experimentales.
·                    Francis, 2001. The performance of master surgeons on standard aptitude testing. Am J surg, 2001.
·                    Gatica-Lara, 2012 ¿Cómo elaborar una rúbrica?Elsevier. Pautas de educación médica Departamento de Evaluación Educativa, Secretaría de Educación Médica Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F., México.
·                    Gibbons 1986. Field articulation testing a predictor of technical in surgical residents. J Surg Res. 1986.
·                    Graue, 2010. Educación en las residencias médicas... editores de textos mexicanos, UNAM.
·                    Greensburg 1982.  Personality traits of surgical house officers 1982.
·                    Hernández Laos, 2002.  Panorama del mercado laboral de profesionistas en México.  Enrique Hernández Laos
·                    Hernandez, 2014. Historia de la Medicina. Especialidades de la Carrera. Campo de Trabajo. Naturaleza del Trabajo. Mercado Laboral. Perfil del Profesional. Objetivos. Ética Médica.  Rosario Hernández. España
·                    Hernandez, 2014. Historia de la Medicina. Especialidades de la Carrera. Campo de Trabajo. Naturaleza del Trabajo. Mercado Laboral. Perfil del Profesional. Objetivos. Ética Médica.  Rosario Hernández. España
·                    Japón, 2015. Paradigmas de la evaluación Ms. Ángel Japón 10/01/2015
·                    Kneebone, 2003.  Simulation in surgical training: educational issues and practical implications. Med Educ, 2003
·                    Lavalle-Montalvo, 2011. Instrumentación pedagógica en educación médica Carlos lavalle-montalvo,* félix Arturo leyva-gonzález** Carlos lavalle-montalvo. Subdivisión de especializaciones médicas, facultad de medicina, universidad nacional autónoma de México, volumen 79, no. 1, enero-febrero 2011 3
·                    López, 2014. Paradigmas de la evaluación educativa. Marga Ysabel López Ruiz. Leermás:http://www.monografias.com/trabajos85/paradigmasevaluacioneducativa/paradigmasevaluacioneducativa.shtml#ixzz3QGeSLOrx
·                    Martínez, R. (2005). Psicometría: Teoría de los test psicológicos y educativos. España.: Síntesis.
·                    Martiniano Román, 2007. Tragaluz - Aprendo a pensar. Naturaleza 8º año básico. Editado por Arrayán Editores S.A. Edición y producción Departamento Pedagógico Arrayán Editores S.A.
·                    Miller, 1990. The assessment of clinical skills/competence/ performance. Acad Med 1990; 65: 563–67.
·                    Molnar, 2014. Fuente: Revista ELectrónica de Investigación y Evaluación Educativa  1997 - Volumen 3 Número 1 - ISSN 1134-4032 - D.L. SE-1138-94
·                    Monereo, Carles (2009). «La autenticidad de la evaluación». Disponible en: http://www.sinte. es/websinte/images/pdf/monereo14.pdf.
·                    Mora, 2004. La evaluación educativa: concepto, períodos y modelos Revista Electrónica “Actualidades Investigativas en Educación” Volumen 4, Número 2, Año 2004  Universidad de Costa Rica Facultad de Educación Instituto de Investigación en Educación actualidades investigativas en educación  Ana Isabel Mora Vargas
·                    Muñiz, J. (1997). Introducción a la teoría de respuesta a los ítems. Madrid.:Pirámide.
·                    Murdoch, 1994. Can a simple test of visuomotor predict the performance of surgeons. Coll Surg Edinb. 1994.
·                    Murphy, R. (2006). «Evaluating new priorities for assessment in higher education». En C. Bryan y K. Clegg (eds.), Innovative assessment in higher education. Nueva York: Routledge, pp.37-47.
·                    National Board of Medical Examiners (2006). Cómo elaborar preguntas para evaluaciones escritas en el área de ciencias básicas y clínicas.En:http://www.nbme.org/ publications/item-writing-manual.html
·                    Norman, 1985. Defining competencce: a metthodological review. En: Neufeld VR assessing Clinical competence. New  York 1985.
·                    Ruiz, C (2002). Instrumentos de investigación educativa. Procedimientos para su diseño y validación. Barquisimeto: CIDEG, C.A.
·                    Schwartz, 2014. Defining the surgical personality  2014.
·                    Squire, 1989. Objetive comparison of manual dexteritty in physicians and surgeons. Can J Surg 1989.
·                    UNAM, 2010. Descripción sintética del plan de estudios licenciatura de médico cirujano. Fecha de aprobación del plan de estudios por el consejo académico del área de las ciencias biológicas, químicas y de la salud: 2 de febrero de 2010. UNAM, 2015. Evaluación de competencias profesionales en la carrera de médico cirujano de la UNAM facultad de medicina, FES iztacala y FES zaragoza.
·                    UNAM, 2015. Evaluación de competencias profesionales en la carrera de médico cirujano de la UNAM facultad de medicina, FES iztacala y FES zaragoza. Vallejo, 2014.  La evaluación auténtica de los procesos educativos. Revista iberoamericana de educación. N. º 64 (2014), pp. 11-25 (issn: 1022-6508) - oei/caeu Mónica Vallejo Ruiz, Jesús Molina Saorín
·                    Vallejo, 2014.  La evaluación auténtica de los procesos educativos. Revista iberoamericana de educación. N. º 64 (2014), pp. 11-25 (issn: 1022-6508) - oei/caeu Mónica Vallejo Ruiz, Jesús Molina Saorín
·                    Wanzel, 2002. Effect of Visuospatial ability on learning of spatialy complex surgical skils. Lancet 2002
·                    WFME, 2003. Global Standarsa for quality improvement.Postgraduate medical education. World Federation for Medical education 2003.
·                    Wynia, 1999. Medical professionalism in society. N eng J med 1999.

No hay comentarios.: